Saltar al contenido

Orientaciones para los distintos niveles y modalidades

Desde los propósitos establecidos en “Pedagogía de la memoria en el Nivel Inicial. Programa Nuestra Escuela”, del Ministerio de Educación de la Nación, se recuperan recorridos curriculares de los Núcleos de Aprendizajes Prioritarios. En relación a los derechos, la memoria y la identidad, y los sentidos a los que refieren, los NAP para el Nivel Inicial buscan propiciar la conformación de la identidad personal y colectiva, promoviendo el reconocimiento de culturas, lenguajes e historias personales, familiares, locales, provinciales, regionales y nacionales. Señalan la necesidad de integrar a las familias en la tarea educativa propiciando la comunicación y el respeto mutuo y articulando con la comunidad para potenciar el logro de los objetivos educativos. Identificamos especialmente los saberes relevantes que hacen referencia a:

  • El conocimiento y valoración de su historia personal y social conociendo algunos episodios de nuestra historia a través de testimonios del pasado (reciente).
  • La integración a la vida institucional, iniciándose en la autonomía en el aula y en el jardín.
  • La iniciación en el conocimiento sobre sí mismo, confiando en sus posibilidades y aceptando sus límites. La expresión de sentimientos, emociones, ideas y opiniones.
  • La iniciación en el conocimiento y respeto de las normas y la participación en su construcción en forma cooperativa.
  • La escucha y el disfrute de las narraciones orales o lecturas (cuentos, poesías y otros textos) realizadas por el docente. La iniciación en la apreciación de la literatura.
  • El reconocimiento de las funciones que cumplen las instituciones, los espacios sociales y los objetos culturales, relacionando los usos que de ellos hacen las personas.

Tal como establecen los NAP para el nivel, la escuela ofrecerá situaciones de enseñanza que promuevan en niños y niñas: 

  • La participación en prácticas áulicas, institucionales y/o comunitarias como aproximación a experiencias democráticas y de ejercicio ciudadano que consideren a las personas como sujetos de derechos y obligaciones para propiciar actitudes de autonomía, responsabilidad y solidaridad.
  • La construcción progresiva de nociones de libertad, paz, solidaridad, igualdad, justicia, responsabilidad, bien común y respeto a la diversidad, en contraste con situaciones de injusticia, desigualdad o violencia, entre otras, a partir de vivencias, contextos y relaciones sociales concretas.
  • La valoración de la práctica del diálogo como herramienta para afrontar conflictos en la comunidad educativa, en otros ámbitos y situaciones, y para discutir temas relacionados con normas, valores y derechos.
  • La reflexión en torno a la dimensión ética, política e intercultural de saberes de las diferentes áreas y de temas transversales como: Educación Ambiental, Educación Vial, Educación Cooperativa, Educación Sexual, Educación para la Paz, Educación para la Salud, Educación Tributaria y Educación para el Consumo, entre otras.
  • El conocimiento de los Derechos Humanos, especialmente de los Derechos del Niño, y de los procedimientos a su alcance para reconocerlos, ejercitarlos y defenderlos en la vida cotidiana.
  • La iniciación en el conocimiento de la Constitución Nacional, reconociendo la importancia de su incidencia en la vida cotidiana.
  • La elaboración y profundización en las nociones de Estado, democracia, ciudadanía y política.
  • El desarrollo de una actitud crítica frente a los mensajes transmitidos por las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).
  • La producción individual y colectiva de diversos textos (escritos, orales, audiovisuales, expresiones artísticas) que propicien la comprensión, elaboración e intercambio de ideas, argumentos y la resolución de problemas vinculados a la reflexión ética y política.

Los Planes de Estudios de las Escuelas de la FHAyCS recuperan lineamientos de los NAP para el área de las ciencias sociales y la formación ética y ciudadana tales como: 

  • La construcción de argumentos ético-políticos que formen subjetividades críticas para la discusión y la participación democrática y solidaria, en el marco valorativo de los derechos humanos universales, 
  • El reconocimiento y la valoración de las diferentes identidades, intereses y proyectos de vida personales y sociales que incluyan la convivencia en la diversidad y el rechazo a toda forma de discriminación.
  • La valoración reflexiva de los aspectos comunes y diversos de las identidades comunitarias como aporte a una identidad nacional y regional (latinoamericana) abierta, plural y dinámica, como construcción sociohistórica resultante de procesos de luchas fácticas y simbólicas.
  • La identificación y análisis ético de las desigualdades sociales, económicas y de género, en situaciones de diversidad social y cultural. La construcción, validación y respeto de normas que regulen la convivencia justa en la comunidad escolar y en la sociedad, a partir del diálogo.
  • El aprendizaje y la comprensión de la ciudadanía como construcción sociohistórica y como práctica política.
  • El fortalecimiento de actitudes de autonomía, responsabilidad y solidaridad, para un ejercicio pleno de la ciudadanía democrática mediante la planificación y desarrollo participativo de proyectos sociocomunitarios.
  • La valoración y práctica del diálogo como herramienta para la resolución de conflictos en la comunidad educativa y en la sociedad en general, mediante el debate de temas que impliquen conflictos de valores, intereses y derechos.
  • La participación en la construcción colectiva de la memoria a partir del conocimiento y la comprensión de las dimensiones éticas, jurídicas y políticas de nuestra historia, en particular en relación con el terrorismo de Estado.
  • El conocimiento y respeto de los Derechos Humanos y de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, así como de los procedimientos a su alcance para ejercitarlos, defenderlos y ampliarlos en la vida cotidiana, a partir del debate sobre sus propias experiencias.
  • La comprensión de las prácticas políticas como manifestación de relaciones de poder y formas de resolución de conflictos.
  • La comprensión y valoración del rol del Estado democrático como garante de los derechos constitucionales en la construcción de políticas públicas en Argentina y en Latinoamérica.
  • El reconocimiento y valoración de los derechos a la educación, a la información y al trabajo (entre otros) como condiciones de posibilidad de otros derechos.
  • La comprensión, construcción e intercambio de ideas y argumentos sobre problemas vinculados a la reflexión ética y política mediante la producción individual y colectiva de diversos textos (escritos, orales, audiovisuales, expresiones artísticas).

A partir de lo expuesto en la Resolución 111/10 “La Educación Artística en el sistema educativo nacional”, resulta relevante identificar el valor formativo cultural que desempeñan los espacios de educación artística en sus distintas formas expresivas: 

  • La producción y distribución de bienes materiales y simbólicos como forma de expresión de la vida democrática de nuestro país.
  • La construcción e intercambio de ideas y argumentos que nos posibiliten pensar la identidad social y política desde expresiones artísticas en distintos formatos, técnicas y modalidades.
  • El reconocimiento de la educación artística en su contribución a la formación de ciudadanos críticos capaces de intervenir y participar plenamente en la sociedad actual.
  • La formación de sujetos capaces de interpretar la realidad socio – histórica con un pensamiento crítico y de operar sobre ella soberana y comprometidamente con el conjunto para transformarla. 
  • Las significación e interpretación de las producciones artísticas como modos de expresión que incluye un gran abanico en términos estéticos, tanto en lo que se refiere a las manifestaciones populares como a las provenientes de la consolidación de los derechos humanos.  
  • La comprensión del arte como manifestación de la diversidad y la divergencia. 
  • El aprendizaje de saberes que no son abordados por otros campos disciplinares y que resultan fundamentales en la actuación ciudadana y en la formación artística profesional.
  • La articulación de las instancias formativas con las productivas, de distribución y circulación de los bienes culturales; todos ellos constituyentes y constructores de la identidad, y al mismo tiempo generadores de crecimiento socio – económico con justicia social.